El pasado 2 de marzo, se realizó en la Honorable Cámara de Diputados de la Nación Argentina, la Conferencia sobre la vinculación entre el aborto y la mortalidad materna, con la presentación del Dr. Elard Koch.
Tal como lo anunciáramos en la entrega del 01/03/11, este encumbrado científico chileno se explayó sobre este tema basándose en sus investigaciones realizadas en el vecino país.
Como corresponde a tan importante temario, ACIERA se hizo presente, para escuchar, analizar y sacar conclusiones, en el marco de la profundización de la defensa de la vida, porque la vida es Sagrada.
El Dr. Elard Koch dirige el proyecto Chilean Maternal Mortality Research Initiative (CMMRI), un proyecto de investigación de 3 años (2009-2011), realizado por la Universidad de Chile, cuyo propósito es estudiar la mortalidad materna en los últimos 100 años (1909 a 2009) incluyendo la mortalidad por aborto, y cuyos puntos más destacados detallamos a continuación:
Después de la prohibición del aborto en Chile (1989), la mortalidad materna por esta causa se redujo adicionalmente 87%. Utilizando un modelo que proyecta los embarazos esperados se demuestra que el número de abortos clandestinos provocados directamente, se redujo sustancialmente, de 229.243 en 1957 hasta 19.390 el 2007. Los abortos clandestinos actuales se realizarían en su mayor parte a través del uso de misoprostol, de venta clandestina. El método de embarazos esperados, aún puede estar sobreestimando el número de abortos, principalmente porque se utilizan probabilidades biológicas de concepción viable máximas para cada año.
Se compara la situación chilena con 18 países Europeos, con 18 a 57 años desde la primera ley de aborto, confirmando el incremento del aborto inducido. El incremento del aborto electivo se traduce en consecuencias deletéreas para la salud de la mujer, materna e infantil como incremento del riesgo de cáncer de mama por la interrupción abrupta de la maduración de los túbulos mamarios destinados a la lactancia- aumento de nacidos pre-término y bajo peso al nacer en embarazos subsecuentes, enfermedades de placenta, trastornos afectivos, depresión, suicidio y conflictos de pareja. Se llega a las siguientes conclusiones principales:
1. Chile presenta la más baja mortalidad materna de Latinoamérica, similar a la de países desarrollados. El riesgo de morir por aborto es prácticamente nulo en la actualidad. País donde el aborto está penalizado.
2. Se refuta el actual paradigma que propone la legalización del aborto para reducir la mortalidad materna por esta causa. Por el contrario, queda demostrado que una legislación que protege la vida humana desde la concepción, es eficiente reduciendo el problema del aborto inducido cuando se combina con las políticas públicas adecuadas.
3. El aborto clandestino se ha reducido en paralelo con el descenso de muertes por aborto. La despenalización del aborto para casos puntuales sería contraproducente para Chile en el mediano plazo, dado los logros actuales del país en salud materna e infantil.
4. El incremento de la educación de la mujer ha sido el factor más importante en la reducción de la mortalidad materna y del problema del aborto inducido clandestino, controlando el efecto de otros factores como el acceso a las facilidades de salud materna, la atención médica del parto, la reducción de la fertilidad y la planificación familiar.
5. La legalización del aborto incrementa los abortos inducidos. Una estrategia de legalización o despenalización no es efectiva para reducir el problema del aborto inducido.
Ante estos irrefutables argumentos que expresan con una investigación seria la realidad de un país que logró propiciar la vida sin ingresar en un camino de muerte, nos resta una profunda reflexión.
No cabe duda que el camino de la Vida es el único camino, tal como lo expresa la Biblia, ya que la misma ciencia haciendo un análisis profundo y comprometido, llega a la misma conclusión.
Que nos falta aún un largo sendero para lograr estos resultados, es verdad. Pero también es verdad que como Cuerpo de Cristo, es necesario, que nos levantemos en Su Nombre, a proclamar vida, evitando caer en la mentira diabólica en la cual se quiere hacer creer a millones de argentinos que para preservar la vida hay que recurrir a la muerte de tantos inocentes.
Una vez más reafirmamos que todo ser humano tiene un valor inviolable y es especial, único e irrepetible. El derecho a la vida es un derecho natural inherente a todo hombre independientemente de su ideología, sexo o religión, es anterior al Estado y ninguna legislación positiva puede vulnerarlo.
“El espíritu de Dios me hizo, Y el soplo del Omnipotente me dio vida” (Job 33:4).
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