Arrancando este desafio

Azul, Buenos Aires, Sábado 8 de Mayo de 2010.


Comenzamos con una vieja inquietud, creemos que en los tiempos de la información instantánea, la iglesia adolece de comunicación que provenga de otros lugares del mundo donde también se predica el evangelio, persecución y luchas de diferentes tipos.

Desde la "NOTICIA INEDITA" nuestro deseo es recoger acontecimientos de diferentes fuentes de información, para volcarlas en esta página con el motivo de que los hermanos y amigos que accedan a ella tengan la oportunidad de conocer y orar por los que sufren y también agradecer por las bendiciones recibidas en todo el mundo.

Este es un desafío que tomamos hermanos de diferentes congregaciones unidos en un mismo deseo, poner nuestro granito de arena luchando contra la desinformación.

Nos sentiremos muy honrados en recibir tus comentarios y aportar con noticias del lugar en que vives.

En nombre del equipo de la NOTICIA INEDITA, gracias y Dios los Bendiga.

lunes, 2 de mayo de 2011

ACIERA en el Día del Trabajador




“Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo también trabajo”.
Jesús
(Juan 5:17)

El trabajo es siempre el trabajo de la persona, llamada a realizarse a sí misma, a través del propio empleo o profesión, realizado por amor. La importancia del trabajo radica en el hecho de que permite generar riqueza, es decir, dinero limpio, obtenido de manera lícita, y por supuesto cubrir las necesidades personales.

La mayor pobreza es no tener trabajo y su dignidad es denigrada por el trabajo no remunerado como corresponde según la justicia que es, precisamente “la dignidad de su salario”. Esto afecta no solo a la persona en su economía sino en su identidad psicosocial y cultural.

En la familia, la labor cotidiana, para “ganar el pan con el sudor de la frente”, encuentra en el trabajo su más rica plenitud y sentido de propósito. La satisfacción de ejercer un derecho con responsabilidad hacia si mismos y hacia los demás.

La Palabra de Dios proclama el amor de un Padre que trabaja siempre. Al crearnos imprimió Su imagen en el hombre y nos asoció a su trabajo, dignificando así el trabajo de cada varón y de cada mujer.

Al darnos a su Hijo, para pagar el rescate por todos, en Él también nos dio el camino para encontrarnos con la verdad sobre el hombre y su dignidad más profunda: ¡Somos hijos de Dios, gracias al “trabajo” bendito de Su Cruz!

Fue el mismo Jesús de Nazaret, quien en sus días de humanidad trabajó como un carpintero junto a José, quien le transmitió el oficio aprendido. La mayoría de los discípulos fueron llamados de sus labores cotidianas. Dice la Escritura: “El que robaba no robe más, trabaje con sus manos y ayude a otros” Efesios 4:28.

También la Biblia exhorta duramente a reconocer los derechos del trabajador para alcanzar bendición espiritual (Isaías 58).

Es por ello que vemos con dolor e impotencia que en un país riquísimo, llamado “el granero del mundo”, muchos de nuestros compatriotas no puedan suplir dignamente sus necesidades ante la devaluación de su salario frente a la adversidad económica. Es sin duda alguna la falta de trabajo y la degradación del salario del trabajador lo que afecta la misma dignidad humana. Como cristianos, debemos velar por una verdadera distribución de la riqueza, que surjan fuentes de trabajo y aumenten las oportunidades para todas las personas, a fin de que a nadie le falte el trabajo.

Por otro lado, vemos con preocupación cómo importantes sectores de la población han adoptado la cultura del ocio, la vagancia, con su socio más cercano, el delito. Con la misma preocupación vemos como esta cultura de no hacer nada está calando profundo en vastos sectores de nuestra juventud. También nos alerta profundamente la situación de trabajadores esclavizados, hacinados, en lo que se ha dado en llamar “cama caliente”. Trabajar por cama y comida y unas pocas monedas. Sin dudas, es un escándalo que no podemos permitir en nuestros tiempos el trabajo infantil, por el cual cientos de niños son explotados por gente inescrupulosa. Ante esto, nos solidarizamos y exigimos un accionar responsable primeramente por parte de la iglesia, como comunidad de refugio y de restauración, y también de los organismos gub ernamentales correspondientes.

Damos gracias a Dios por permitirnos trabajar y vivir de nuestro trabajo dignamente. Desde ACIERA, la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina, enviamos un afectuoso saludo a todos los trabajadores en su día, orando que nuestro Señor Jesucristo, que sabe de trabajo y de sacrificio, provea de pleno empleo, guarde a cada uno de nosotros, a nuestra familia y a nuestra querida Patria.

“El que le suple semilla al que siembra también le suplirá pan para que coma, aumentará los cultivos y hará que ustedes produzcan una abundante cosecha de justicia”. 2ª Corintios 9:10


ACIERA

Bs. As., 01/05/2011
Tel./fax: (011) 4521-0404

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