La Olimpiada Evangélica ha cumplido este año veintitrés ediciones en Barcelona, trece en Madrid y doce en Galicia.
Cientos de miles de niños han disfrutado de este día en el que las iglesias de la región compiten en diferentes pruebas deportivas y en el que se ofrece el testimonio de algún deportista cristiano relevante.
La directora de la Olimpiada es Esther Rodríguez, que además es la directora de la Liga de Testamento de Bolsillo en España.
La Olimpiada Evangélica se celebra un día al año, pero los participantes (niños de 3 a 16 años) se esfuerzan durante muchas jornadas para poder competir. Las carreras lisas, de relevos, maratón, lanzamiento de peso, salto de altura y salto de longitud se prolongan durante todo un día en el que los jueces determinan quiénes son los ganadores. La iglesia que más medallas consigue es la vencedora de la competición.
Esther explica que la olimpiada tiene “dos objetivos: que se participe como iglesia, conociendo a otros creyentes, y testificar a todos los que vengan invitados”. En la decimosegunda edición de la Olimpiada en Galicia, unos 400 niños acudieron a A Coruña para competir, representando a 17 iglesias.
El deportista invitado a contar su testimonio en esta ocasión fue Dani Area , quien practica triatlón, y a sus diecisiete, años ha sido designado “Promesa masculina de triatlón” a nivel nacional. Area compartió con todos los asistentes cómo vive el deporte y el evangelio, teniendo “las ideas muy claras”, según cuenta Esther Rodríguez.
Este año se ofreció a todos los asistentes un ejemplar del Evangelio de Juan, una iniciativa que fue un éxito, teniendo en cuenta que se agotaron en las gradas y luego las personas solicitaban más copias en las mesas de información -recalca Rodríguez: “ Somos portadores de un mensaje de vida y esperanza y esa debería ser nuestra principal ilusión”.
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