Arrancando este desafio

Azul, Buenos Aires, Sábado 8 de Mayo de 2010.


Comenzamos con una vieja inquietud, creemos que en los tiempos de la información instantánea, la iglesia adolece de comunicación que provenga de otros lugares del mundo donde también se predica el evangelio, persecución y luchas de diferentes tipos.

Desde la "NOTICIA INEDITA" nuestro deseo es recoger acontecimientos de diferentes fuentes de información, para volcarlas en esta página con el motivo de que los hermanos y amigos que accedan a ella tengan la oportunidad de conocer y orar por los que sufren y también agradecer por las bendiciones recibidas en todo el mundo.

Este es un desafío que tomamos hermanos de diferentes congregaciones unidos en un mismo deseo, poner nuestro granito de arena luchando contra la desinformación.

Nos sentiremos muy honrados en recibir tus comentarios y aportar con noticias del lugar en que vives.

En nombre del equipo de la NOTICIA INEDITA, gracias y Dios los Bendiga.

sábado, 20 de agosto de 2011

Grupo cristiano ofrece esperanza a niños pobres de la India


Según la organización internacional del trabajo, cerca de 250 millones de niños con edades entre los cinco y catorce años son forzados a trabajar en los países en desarrollo.

Casi la mitad de ellos sacrifican sus estudios para trabajar a tiempo completo. Ellos son, en esencia, niños a quienes les están robando su futuro.

Se les ve en casi todas partes de las grandes ciudades de la India: niños pobres, indigentes, viven y pasan el tiempo en las calles. Algunos logran conseguir suficiente dinero para comprar un plato de arroz.

Los Niños de Bangalor

La creciente economía está creando nuevas riquezas y oportunidades en la India. Pero según el director del concilio global de indios cristianos, en ciudades como Bangalor, miles de niños y adolescentes no se benefician del éxito económico.

“Tenemos unos 800 mil huérfanos, niños callejeros y niños que trabajan casi como esclavos. Es un gran número solo en la ciudad de Bangalor. Y les están robando su niñez y su juventud”.

Niños como Sangeetha de doce años. A la edad de nueve años, enrollaba palitos de incienso en vez de asistir a la escuela. Se ganaba el equivalente a 20 centavos de dolar al día: “No me gustaba… me dolian las manos, tenía fiebre y tos, me sentia muy triste”.

“En primer lugar, para los palitos de incienso usan químicos y no usan guantes, niguna medida para protegerse. Son catorce o quince horas diarias de trabajo y a veces más. Y aparte de eso, muchas de las niñas son abusadas por quienes las emplean, que no consideran un delito sino un derecho, como miembros de una casta superior, abusar a estas mujeres”.

“Los Intocables”

Muchos de los niños son Dalits – conocidos como ‘los intocables’ – la clase más baja del sistema indio de castas. Pobres y sin educación, los niños Dalit están atrapados en una cultura callejera de drogas, delincuencia y prostitución.

Entre los indigentes en Bangalor están los niños Kumar y David y Priah viven bajo una cubierta que no es nada más que bambú y unas bolsas de grano. Pero hay esperanza para estos niños, un ministerio cristiano les provee educación.

Algunos de los niños pobres reciben educación y orientación vocacional en la Fundación Yuválok. Este ministerio cristiano empezó hace diez años para alcanzar a los recogedores de desechos. Estos son los niños que escarban en la basura buscando botellas y otras cosas reciclables.

Hoy 260 niños de tres a cinco años de edad asisten a clases en Yuválok. 150 niños mayores reciben capacitación del proyecto laboral para niños. Algunos viven en este lugar y todos reciben atención médica, comida y enseñanza espiritual.

D.P. Daniel de la Fundación Yuvalok dice: “No estamos conformes con lo que estamos haciendo. Si, por la gracia de Dios, la gente viene y dice que hacemos una buena obra, pero hay miles de niños que todavia no han escuchado que Jesús les ama. Queremos que esta vision salga a toda la iglesia y que cada cristiano asuma su responsabilidad de ministrar a los pobres”.

La joven Sangeetha dice que está feliz porque está en una aula en vez de en la calle: “Me gusta mi maestra. Estudio mucho ahora. Soy una buena alumna”.

Sangeetha es optimista en cuanto a su futuro y dice que estudiará para llegar a ser una ingeniera en computación.

Una inversión cristiana en las vidas de niños indios – que estarían en las calles – les da esperanza y un futuro y hace que vuelvan a sus comunidades y a sus familias y les cuentan lo que Dios esta haciendo en sus vidas”.


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