En la iglesia evangélica de Amara (San Sebastián) conviven distintos trasfondos políticos y sociales, en una convivencia “de perdón, amor y respeto”, cuenta el pastor Jaime Ardiaca.
04 DE DE 2011, SAN SEBASTIÁN
El 15 de diciembre de 1994, el Jefe de la Guardia Municipal Alfonso Morcillo murió asesinado por varios disparos de ETA . Alfonso Morcillo era miembro de la iglesia evangélica, lo que fue una gran sacudida para esta comunidad.
“ETA no solía matar a guardias municipales -cuenta Ardiaca, que reconoce tener un recuerdo muy vívido de aquellos días- . Era una persona querida, conocida, aunque no querida por todos. Y un buen amigo mío. A nivel de iglesia y de los que le conocíamos fue un impacto muy grande ”.
A pesar del dolor por aquel golpe, ahora Ardiaca reconoce que “no fue una muerte sin sentido. El testimonio que él pudo dar antes dejando un impacto social, fue muy grande. En el Ayuntamiento se hizo el acto fúnebre, con la presencia de muchísima gente. Pudimos dar testimonio de la fe que tenía Alfonso en Jesús, de lo que él era en su trabajo”. Y además, la iglesia se unió más “en el trabajo de expandir el evangelio y los valores del evangelio que tanto necesita nuestra sociedad vasca”.
LA 'SENSIBILIDAD' DE LAS AUTORIDADES
Ahora la iglesia está inmersa en otra lucha: la que tiene con el Ayuntamiento para que les conceda la licencia de actividad. “Queríamos acondicionar el local, pero tenemos un problema estructural en cuanto a la altura. Tuvimos la desagradable noticia de que nos precintaron el local durante dos días . Pusimos un recurso y eso se resolvió y hasta ahora no hemos vuelto a tener un conflicto de este tipo”. Por otra parte, han presentado un proyecto solicitando un lugar más amplio donde desarrollar sus actividades, entre las que también incluyen una importante obra social.
Ardiaca explica que en las relaciones con los políticos “hasta aquí no nos han ido muy bien las cosas, porque nos damos cuenta de que no importa el signo, está tan politizado que no nos dan luz verde para las cosas. Tenemos que volver a presentar un proyecto y esperar una respuesta. El alcalde anterior se interesó por nuestro proyecto pero se quedó en nada. Obtuvimos un no por respuesta. Ahora esperemos otra cosa”.
SUPERÓ UN CÁNCER
Mientras, la obra evangélica en la ciudad sigue adelante, con un notable crecimiento en la congregación en los últimos años, en los que Jaime Ardiaca ha superado la difícil prueba de un cáncer de riñón. “Fui intervenido casi de urgencia, un 26 de diciembre. El riñón lo quitaron, la recuperación está siendo buena. Pero me impactó personalmente a mí y a mi familia. Después de tres años puedo decir que lo más duro que nos pueda pasar nos ayuda a encontrar el amor: el de mi familia, el de mucha gente, pero además comprobé más de cerca el amor de Dios”.
Ahora, Jaime Ardiaca afirma ser “un hombre feliz, porque lo que tengo vale mucho y lo quiero valorar al máximo ”. Y además quiere compartir un mensaje de esperanza, basado no sólo en su experiencia personal, sino en lo que aprende de la Biblia. “La vida del hombre no consiste en la abundancia que posee. El mensaje de esperanza viene de lo alto, del mismo Jesús, que se acercó a nosotros”, concluye el pastor.
“ETA no solía matar a guardias municipales -cuenta Ardiaca, que reconoce tener un recuerdo muy vívido de aquellos días- . Era una persona querida, conocida, aunque no querida por todos. Y un buen amigo mío. A nivel de iglesia y de los que le conocíamos fue un impacto muy grande ”.
A pesar del dolor por aquel golpe, ahora Ardiaca reconoce que “no fue una muerte sin sentido. El testimonio que él pudo dar antes dejando un impacto social, fue muy grande. En el Ayuntamiento se hizo el acto fúnebre, con la presencia de muchísima gente. Pudimos dar testimonio de la fe que tenía Alfonso en Jesús, de lo que él era en su trabajo”. Y además, la iglesia se unió más “en el trabajo de expandir el evangelio y los valores del evangelio que tanto necesita nuestra sociedad vasca”.
LA 'SENSIBILIDAD' DE LAS AUTORIDADES
Ahora la iglesia está inmersa en otra lucha: la que tiene con el Ayuntamiento para que les conceda la licencia de actividad. “Queríamos acondicionar el local, pero tenemos un problema estructural en cuanto a la altura. Tuvimos la desagradable noticia de que nos precintaron el local durante dos días . Pusimos un recurso y eso se resolvió y hasta ahora no hemos vuelto a tener un conflicto de este tipo”. Por otra parte, han presentado un proyecto solicitando un lugar más amplio donde desarrollar sus actividades, entre las que también incluyen una importante obra social.
Ardiaca explica que en las relaciones con los políticos “hasta aquí no nos han ido muy bien las cosas, porque nos damos cuenta de que no importa el signo, está tan politizado que no nos dan luz verde para las cosas. Tenemos que volver a presentar un proyecto y esperar una respuesta. El alcalde anterior se interesó por nuestro proyecto pero se quedó en nada. Obtuvimos un no por respuesta. Ahora esperemos otra cosa”.
SUPERÓ UN CÁNCER
Mientras, la obra evangélica en la ciudad sigue adelante, con un notable crecimiento en la congregación en los últimos años, en los que Jaime Ardiaca ha superado la difícil prueba de un cáncer de riñón. “Fui intervenido casi de urgencia, un 26 de diciembre. El riñón lo quitaron, la recuperación está siendo buena. Pero me impactó personalmente a mí y a mi familia. Después de tres años puedo decir que lo más duro que nos pueda pasar nos ayuda a encontrar el amor: el de mi familia, el de mucha gente, pero además comprobé más de cerca el amor de Dios”.
Ahora, Jaime Ardiaca afirma ser “un hombre feliz, porque lo que tengo vale mucho y lo quiero valorar al máximo ”. Y además quiere compartir un mensaje de esperanza, basado no sólo en su experiencia personal, sino en lo que aprende de la Biblia. “La vida del hombre no consiste en la abundancia que posee. El mensaje de esperanza viene de lo alto, del mismo Jesús, que se acercó a nosotros”, concluye el pastor.
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