El ministerio norteamericano “Cristo en Acción”, ha tomado la iniciativa de fabricar viviendas portátiles a todos los haitianos que perdieron sus casas. Decenas de voluntarios cortan madera, ensamblan paredes y construyen una ingeniosa estructura que puede alojar hasta ocho personas.
Denny Nissley: “Empecé a orar y Dios me dijo: esa gente necesita un lugar donde vivir”, expresa Nissley, presidente del ministerio ‘Cristo en Acción.
Aunque Nissley no tenía ni idea de cómo comenzar, pero sintió que debía llamar a un diseñador llamado Ed Lloyd, a quien hasta ese momento no conocía. Asombrosamente, descubrió que Lloyd vivía cerca, había sido misionero en Haití, y sabía exactamente el tipo de estructura que los haitianos necesitaban.
“Ed terminó el diseño. Tomó en consideración el clima, la cultura, y otras cosas con las que los haitianos se enfrentan cotidianamente, y que nosotros ni nos imaginamos”, explicó Nissley. El resultado es una casa cuyas piezas son fácilmente colocadas en soportes y fácilmente embarcadas y ensambladas. Todo por sólo 600 dólares cada una.
Con un sueño y un plano, pronto llegaron los recursos: 15 mil pies cuadrados de materiales y 10 acres de terreno por seis meses, también montacargas. También llegaron multitud de voluntarios de varios lugares. Por ejemplo, treinta personas viajaron desde Ohio por una semana a construir casas.
El encargado de organizar a la multitud de voluntarios que llegaron de Virginia del Norte es Miles Carlson, quien asegura que trabajando con voluntarios descubrieron que deben ahorrar los recursos al máximo. Los voluntarios ya han hecho más de quinientas casas. La meta de Nissley son tres mil. Él sabe que es una operación que solo Dios, puede hacer que se cumpla.
MundoCristiano
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