El campo de refugiados gestionado por Samaritan´s Purse en Yida, al sur de Sudán, fue bombardeado por el gobierno de ese país a fines de la semana pasada.
Más de 23.000 personas viven en el campamento en la parte más septentrional de la unidad del Estado, después de haber sido desplazados por los combates en la frontera de las montañas de Nuba del Kordofán.
Se informa que cuatro bombas, han sido retiradas. Una bomba cayó en una escuela, pero por suerte no explotó. Otra con éxito en el mercado, y otras dos cayeron en la periferia del campamento.
Todo el personal de Samaritan´s Purse está vivo y en lugares seguros. Ellos no han confirmado aún si existen bajas entre los refugiados.
El presidente de Samaritan´s Purse Franklin Graham, quien visitó el campamento seis días antes del atentado, pidió al mundo tomar medidas inmediatamente después del ataque.
"Insto a los Estados Unidos y a la comunidad internacional hacer cumplir la exclusión aérea de la zona para proteger no sólo los civiles inocentes allí, sino también a aquellos que están tratando de ayudar", dijo. "Mi oración es que el mundo no se siente a mirar y a esperar lo mejor, como lo hicieron en Ruanda, donde cerca de un millón de personas fueron masacradas. Tenemos que dejar claro al gobierno de Sudán que los ataques contra personas inocentes no serán tolerados.”
El atentado ocurrió cuando UNMIS la agencia de las Naciones Unidas, entregó cerca de 12 toneladas de alimentos, aproximadamente la ración de un día para la población del campamento. Los trabajadores estaban descargando un helicóptero que transportaba la ayuda alimentaria que distribuiría el equipo de Samaritan´s Purse.
"Estamos tratando de ayudar a los refugiados, a salvar sus vidas", dijo Graham. "El pueblo Nuba, una vez más se enfrenta al horror de la persecución brutal. Ellos tienen una necesidad urgente de nuestras oraciones y apoyo. Necesitan iglesias de pie junto ellos, porque esto es una atrocidad."
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