Irma Moraes ha encontrado una manera de cumplir con el mandato de ir por todo el mundo y predicar el evangelio.
10 DE NOVIEMBRE DE 2011, NUEVA YORK
Una mujer de 84 años, que ha plasmado de tal forma en su corazón el mandato de anunciar el evangelio, que ha estado predicando en las calles de Manhattan durante décadas.
Precisamente allí, en Times Square, famosa por sus brillantes luces de neón y los espectáculos de Broadway, los transeúntes se encuentran con Irma Moraes, que ha dedicado su vida a la gente que camina a tientas, sin conocer a Jesús.
Por más de 40 años, esta anciana ha repartido folletos en la Gran Manzana y conversado con la gente acerca de Jesús.
EN OBEDIENCIA
Cuando le preguntan: "¿Por qué decidió hacer esto?", ella responde con dulzura: "Dios me dijo que lo hiciera".
Nativa de Brasil, Irma ha estado en Nueva York desde 1964, y sigue mejorando cada día su inglés. El idioma nunca ha sido un impedimento para regresar noche tras noche al corazón de Nueva York para orar y dar testimonio de Cristo.
Times Square puede parecer un lugar poco probable para evangelizar a tanta gente que desea divertirse, disfrutando de las vistas, sonidos y espectáculos. Pero Moraes piensa que es el lugar perfecto para decirle a la gente acerca de Jesús.
Tanto jóvenes como adultos se sienten atraídos por sus brillantes ojos y su espíritu suave, y se detienen a hablar con ella. "Lo más difícil es el frío. Me hace sentir congelada, entonces me tengo que ir a casa", admite.
Precisamente allí, en Times Square, famosa por sus brillantes luces de neón y los espectáculos de Broadway, los transeúntes se encuentran con Irma Moraes, que ha dedicado su vida a la gente que camina a tientas, sin conocer a Jesús.
Por más de 40 años, esta anciana ha repartido folletos en la Gran Manzana y conversado con la gente acerca de Jesús.
EN OBEDIENCIA
Cuando le preguntan: "¿Por qué decidió hacer esto?", ella responde con dulzura: "Dios me dijo que lo hiciera".
Nativa de Brasil, Irma ha estado en Nueva York desde 1964, y sigue mejorando cada día su inglés. El idioma nunca ha sido un impedimento para regresar noche tras noche al corazón de Nueva York para orar y dar testimonio de Cristo.
Times Square puede parecer un lugar poco probable para evangelizar a tanta gente que desea divertirse, disfrutando de las vistas, sonidos y espectáculos. Pero Moraes piensa que es el lugar perfecto para decirle a la gente acerca de Jesús.
Tanto jóvenes como adultos se sienten atraídos por sus brillantes ojos y su espíritu suave, y se detienen a hablar con ella. "Lo más difícil es el frío. Me hace sentir congelada, entonces me tengo que ir a casa", admite.
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