El aborto ha sido legal en el Reino Unido desde hace 44 años. Recientemente cristianos pro-vida se reunieron en Londres para protestar durante el aniversario de la promulgación de la ley que legalizó el aborto.
Ángela coakes del Centro de Recursos Forsaken, atravesó hace veinte años el trauma de tener dos abortos; Coakes recuerda lo que la hizo tener que atravesar esta prueba en dos ocasiones, “mi familia me persuadió y dijeron ‘no te vamos a apoyar…’ así que lo sobrellevé y tras de eso pensé que me volvería loca”, dijo Angela.
Coakes dice que el impacto en su vida tras vivir el procedimiento dos veces fue devastador. “Me sentí vacía, sola, muy sola. De ninguna forma le diría a nadie lo que había hecho”, contó.
La tragedia que atravesó la familia Coakes, se multiplica miles de veces a lo largo de Inglaterra desde que la ley de aborto fue promulgada hace 44 años.
Para marcar el 44 aniversario de la ley, el grupo “Christian Concérn” llevo a cabo una manifestación a las afueras del parlamento para protestar por la destrucción que ha causado la ley y alzar la voz por un cambio.
Andrea Williams de Christian Concérn, dice que, “7 millones de bebés han sido abortados desde que pasó la ley y estamos aquí para conmemorar eso, pero también para preguntar ¿qué podemos hacer? ¿cómo podemos cambiar esto? ¿cómo hacemos a los niños no nacidos, humanos, reales, vivos, dignos de protección?.”
Williams dice que atraviesan grandes retos para traer cambios claves para que la legislación limite el aborto.
“Fallamos en reducir el límite de 24 a 20 semanas. Fallamos en alcanzar una enmienda razonable en una reciente legislación, que pediría a las mujeres recibir consejería independiente al enfrentar un embarazo no planeado”, mencionó Williams.
Una de las que impulsan estas reformas es Angela Coakes; Desde que superó sus propios desafíos y efectos, Coakes ha establecido un centro cristiano para mujeres que enfrentan el síndrome post-aborto.
“A veces las escucho hasta por una hora y ellas lloran y dicen cosas como ‘me aferro a mi matrimonio con las uñas, ni siquiera deseo levantarme en las mañanas’. Pero he tenido el privilegio de orar con ellas y es realmente especial”, narró Angela.
Coakes dice que fue un reto luchar contra el dolor de su propio pasado, pero cree que Dios ha usado su experiencia para ayudar a otras; “Creo que a todas las que han tenido abortos Dios quiere restaurarlas a donde se supone que deben estar, y llevarlas a una vida abundante, y no tienen que vivir en la oscuridad y no tienen que vivir más con ese dolor oculto”, dijo.
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