El pasado 5 de junio, el cielo se vistió de gris en algunas ciudades de Argentina y Chile. El volcán chileno Puyehue, ubicado cerca de la frontera con Argentina, hizo erupción diseminando cenizas volcánicas y afectando a las ciudades más cercanas como Villa La Angostura, Bariloche, Junín de Los Andes, San Martin de los Andes, Trelew, Osorno, Puerto Varas y Rucatayo Alto.
La mayoría de esos lugares están aislados ya que el transporte aéreo y terrestre se vio interrumpido. La nube de cenizas afectó además a zonas más distantes, como Buenos Aires, por lo que varios vuelos internacionales desde la capital argentina debieron ser suspendidos.
Actualmente, la actividad volcánica ha disminuido, por lo que la población de las ciudades más afectadas están comenzando a salir de sus hogares para iniciar la limpieza del lugar. Aún así, la situación es de alerta máxima y los gobiernos locales están llevando adelante medidas de precaución; recomiendan no circular con automóviles por las rutas y caminos, suspender actividades administrativas, escuelas y vuelos continúan suspendidos, y no hay servicios de energía eléctrica en varias ciudades.
Una de las bases pioneras de Juventud con Una Misión (JUCUM) Argentina se encuentra en una de las ciudades más afectadas, San Carlos de Bariloche, y sus obreros, lejos de quedarse encerrados, salieron a ayudar.
Para esta localidad de JUCUM, las tareas comenzaron el 6 de junio cuando la lluvia de cenizas se detuvo y era más seguro salir. Lo primero que hicieron fue ayudar a los pobladores del centro de Bariloche (la zona más afectada) a limpiar sus casas, en especial a los ancianos.
En estos días, una de las obreras, Graciela, está realizando contactos con la municipalidad local para colaborar en todas las tareas que requieran mano de obra voluntaria.
La base de JUCUM Bariloche está ubicada en una finca, en las afueras de la ciudad y trabajan en ella 13 obreros junto con un equipo proveniente de Colombia compuesto por otras siete personas. La lluvia de cenizas los alcanzó, aunque no tanto como en el centro de la ciudad. Hasta el momento, ninguno presenta problemas de salud.
Como en el resto de las áreas afectadas, el servicio eléctrico no funciona y las telecomunicaciones presentan interferencias. El agua potable sigue llegando, aunque hay preocupaciones pues las cenizas, combinadas con la lluvia, pueden contaminar el agua. Aunque la situación no es demasiado grave, se están tomando las precauciones necesarias.
En medio de la dificultad y el temor, un grupo de JUCUMeros trabaja siendo luz para su ciudad. Ellos piden oraciones para que en medio de esta situación, muchos puedan conocer a Dios a través de sus testimonios de servicio y amor.
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