Misionera asesinada previó sus últimos días en México

Tras el reciente asesinato de la misionera estadounidense Nancy Davis, algunos misioneros han reconsiderado seguir trabajando en México.
Davis recibió un disparo en la cabeza el miércoles mientras huía junto a su esposo de pistoleros supuestamente pertenecientes a un cártel de drogas. Su marido condujo hasta la frontera para obtener ayuda, pero ya era demasiado tarde.
"Recibimos una llamada aquí en la escuela de un amigo que estaba solicitando oración por los Davis, que en ese momento estaban siendo perseguidos" dijo Merton Rundell, un amigo de la familia.
Debido a la escalada de violencia del narcotráfico allí, Davis había previsto que probablemente no saldría con vida del país.
Davis y su esposo Sam recibían regularmente amenazas y se vieron obligados a huir del peligro una y otra vez.
Sin embargo, amigos y familiares dijeron que los Davis seguían su pasión: la planificación de las iglesias y la difusión del Evangelio.
A Nancy le gustaba componer y tocar música. También era una enfermera registrada.
"Ella era una mujer fenomenal y todos los pacientes dicen que hablaba de Dios y del trato con su alma", dijo Melody Davis Reynolds, sobrina de Davis.
Temor por visitar México
Algunos misioneros han dejado de ir a México a causa de la creciente violencia del narcotráfico. La policía cree que los esposos Davis fueron atacados debido a su camión - una mercancía valiosa entre los traficantes de drogas.
Joseph, hijo de los Davis, dijo que su madre murió haciendo lo que amaba: "Una y otra vez, lo que la convirtió en la persona más feliz, fue ver a alguien doblar sus rodillas y perdonar un asesinato, una violación, o el más pequeño pecado. Ella volvía a casa muy feliz y decía: 'Bueno, hoy le robamos otra alma al diablo', agregó Joseph.