Como cada año, las familias estadounidenses se reunieron el tercer jueves de noviembre para celebrar el Día de Acción de Gracias. Hubo grandes eventos deportivos, llamativos desfiles comerciales y la tradicional cena familiar, con pavo incluido. Muchos han olvidado el origen de la celebración, destinada a agradecer a Dios por la primera cosecha de maíz.
Cuentan que navegando en un barco hacia el nuevo mundo, muchos de los colonos provenientes del Reino Unido murieron antes de llegar a América. Habían sufrido el embate tanto de enfermedades como de vientos huracanados.
Después de un horrendo viaje de largas semanas, desembarcaron en las playas de Plymouth, Massachusetts para empezar un nuevo y, según algunos, milagroso capítulo en la historia del mundo.
En ese momento desconocían que al ser desviados por el viento, llegaron al único lugar, en miles de kilómetros de costa, donde una tribu indígena -diezmada poco antes por una enfermedad- había allanado la tierra y plantado maíz.
El historiador Peter Marshall explica que los peregrinos perdieron a la mitad de su gente en el primer invierno. “No sabían cómo sobrevivir en el desolado frío del norte de América. De repente llega un indio americano que habla perfecto inglés y se ofrece a ayudarles. Plantan maíz bajo su tutoría y finalmente en octubre el maíz madura. Entonces quieren tener una celebración en acción de gracias. Invitan al Jefe Massaoit, que llega con noventa guerreros al festival de celebración y gozan de tres días de banquetes, competencias con arco y flecha, carreras de relevos y otros juegos. Gente blanca convive con los indios por primera vez”, incluyendo el plato típico de la zona: el ya famoso pavo.
LA BASE DE LA SOCIEDAD
Pero aunque sobrevivir fue un gran logro, no se compara con lo que los valientes hermanos Puritanos llegaron a contribuir a Estados Unidos y al mundo.
Marshall agrega que fue la primera vez, desde los israelitas en el Sinaí, que los hijos de Dios tuvieron la oportunidad de crear una sociedad basada en Su Palabra. “Literalmente plantaron el Evangelio en la tierra rocosa del norte de América y crearon la base de la sociedad estadounidense como la conocemos hoy”.
Señala Marshall que los conceptos claves de la Declaración de Independencia estadounidense y la Constitución tienen sus raíces en los primeros documentos de los colonos. El experto asegura que los que niegan que Estados Unidos sea una nación cristiana se olvidan cuán crucial era su fe para los peregrinos.
Nadie puede dudar de los orígenes de la nación. Lo que se viva en la actualidad, es otro tema.
Después de un horrendo viaje de largas semanas, desembarcaron en las playas de Plymouth, Massachusetts para empezar un nuevo y, según algunos, milagroso capítulo en la historia del mundo.
En ese momento desconocían que al ser desviados por el viento, llegaron al único lugar, en miles de kilómetros de costa, donde una tribu indígena -diezmada poco antes por una enfermedad- había allanado la tierra y plantado maíz.
El historiador Peter Marshall explica que los peregrinos perdieron a la mitad de su gente en el primer invierno. “No sabían cómo sobrevivir en el desolado frío del norte de América. De repente llega un indio americano que habla perfecto inglés y se ofrece a ayudarles. Plantan maíz bajo su tutoría y finalmente en octubre el maíz madura. Entonces quieren tener una celebración en acción de gracias. Invitan al Jefe Massaoit, que llega con noventa guerreros al festival de celebración y gozan de tres días de banquetes, competencias con arco y flecha, carreras de relevos y otros juegos. Gente blanca convive con los indios por primera vez”, incluyendo el plato típico de la zona: el ya famoso pavo.
LA BASE DE LA SOCIEDAD
Pero aunque sobrevivir fue un gran logro, no se compara con lo que los valientes hermanos Puritanos llegaron a contribuir a Estados Unidos y al mundo.
Marshall agrega que fue la primera vez, desde los israelitas en el Sinaí, que los hijos de Dios tuvieron la oportunidad de crear una sociedad basada en Su Palabra. “Literalmente plantaron el Evangelio en la tierra rocosa del norte de América y crearon la base de la sociedad estadounidense como la conocemos hoy”.
Señala Marshall que los conceptos claves de la Declaración de Independencia estadounidense y la Constitución tienen sus raíces en los primeros documentos de los colonos. El experto asegura que los que niegan que Estados Unidos sea una nación cristiana se olvidan cuán crucial era su fe para los peregrinos.
Nadie puede dudar de los orígenes de la nación. Lo que se viva en la actualidad, es otro tema.
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