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Cuando la ausencia de sonidos habituales deje lugar y podamos escuchar otras voces, allí será cuando habrá que estar atentos, pues Dios suele hablar a esa hora. Puede ser esta noche, ¡debe ser esta noche!
Dios habla a los que lo oyen. Él es como nosotros, que no deseamos hablar y hablar con alguien que no nos preste atención. Lo intentamos algunas veces y luego dejamos de hacerlo, hasta solemos avergonzarnos de que no nos oigan. Dios habla cuando logramos que otras voces callen y encontramos tiempo y forma de poder oírle. Él hablará esta noche cuando nos preparemos para ello.
Dios hablará esta noche y cuando lo haga, la apretura del pecho aflojará. La angustia se habrá marchado despavorida y en su lugar, dejará la dulce paz que se desprende de un encuentro con él. La densa niebla que opaca la luz que alumbra la realidad que nos toca vivir, se disipará en minutos; y entonces, veremos que no era tan obstinado el oponente; ni tan triunfante el angustiador; ni tan grande el mal que nos agobiaba; ni tan inalcanzable el objetivo propuesto.
Dios habla a los que lo oyen. Él es como nosotros, que no deseamos hablar y hablar con alguien que no nos preste atención. Lo intentamos algunas veces y luego dejamos de hacerlo, hasta solemos avergonzarnos de que no nos oigan. Dios habla cuando logramos que otras voces callen y encontramos tiempo y forma de poder oírle. Él hablará esta noche cuando nos preparemos para ello.
Dios hablará esta noche y cuando lo haga, la apretura del pecho aflojará. La angustia se habrá marchado despavorida y en su lugar, dejará la dulce paz que se desprende de un encuentro con él. La densa niebla que opaca la luz que alumbra la realidad que nos toca vivir, se disipará en minutos; y entonces, veremos que no era tan obstinado el oponente; ni tan triunfante el angustiador; ni tan grande el mal que nos agobiaba; ni tan inalcanzable el objetivo propuesto.
Esta noche, cuando Dios nos hable, estaremos otra vez en pie y volveremos a caminar hacia él, pues al fin de cuentas, eso es lo único que debemos hacer sin detenernos.
Dios te hablará... lo desea hacer… y él lo hará y cuando lo escuches ya no serás el mismo, verás y entenderás que la solución estaba en su corazón... y su gloria será sobre tu vida, por que él es la luz y el camino.
El amor del Padre nunca se acaba y hoy nuevamente te invita a charlar y te dice… todo está bien… anhelaba que vinieras.
Omar Gaitán
Boletín Informativo Adulam Argentina.
Adaptado por el equipo de La noticia Inédita.
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