Las autoridades mexicanas confirmaron que la magnitud del sismo de este martes fue de 7,8 en la escala Richter. El movimiento fue el más intenso registrado desde 1985, cuando un potente terremoto de 8,1 dejó un saldo de al menos 10.000 muertos.
Tras el sismo del martes un total de once personas se reportaron heridas y se realizan cálculos sobre las pérdidas materiales en los diferentes estados afectados. El epicentro de ubicó en el estado de Guerrero.
Carlos Bastos, un cristiano que vive en el Distrito Federal dijo a Mundo Cristiano que en el momento del sismo recordó un pasaje bíblico. “Comencé a pensar en Mateo donde menciona que no se turbe el corazón, aunque haya pestes, guerras o terremotos. Apenas comencé a dar palabra de paz y aliento a personas que estaban muy nerviosas”.
Expertos señalan que el hecho de que el terremoto fuera del tipo conocido como de "subducción", es decir, que se produjo a un nivel muy inferior al de la superficie terrestre, ayudó a evitar una tragedia similar a la de 1985.
Gerardo, otro cristiano quien vive en el estado de Guerrero, comentó que estos eventos son parte de las señales diarias en la vida espiritual. “La fe en Dios nos ayuda a entender que estos fenómenos suceden. Dios tiene el control y sabe el tiempo de cada cosa”.
Precisamente en Guerrero y Oaxaca se reportaron heridos y al menos 500 casas destruidas, aunque todavía se desconoce con exactitud y el alcance de los daños debido a que se trata de una extensa área alejada y habitada mayormente por indígenas.
“Fue muy fuerte. Estábamos en reunión y lo sentimos mucho, salimos a la calle y muchos estaban asustados, oramos por varios de ellos”, dijo Oscar Roman del Ministerio Paz en Puebla.
El secretario de Gobernación, Alejandro Poiré, señaló que continúan con las labores para determinar los daños totales del temblor principal y de las réplicas.
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